Teletrabajo durante la pandemia de COVID-19: riesgos y estrategias de prevención, blog de Andrea Broughton

Ecorys ha investigado y escrito un artículo sobre el teletrabajo durante la pandemia de COVID-19, examinando las principales estrategias de prevención de riesgos de SST y de los empleadores.

Mientras se debate actualmente el regreso a la oficina después de 18 meses de trabajo en casa debido a la pandemia de COVID-19, está claro que las empresas necesitarán tomar una serie de decisiones estratégicas, que no se limitan a rediseñar los espacios de oficina. Es probable que haya un aumento permanente del teletrabajo en el futuro pospandemia y, si bien la pandemia ha causado mucho sufrimiento y daño, también puede considerarse como una oportunidad para reorganizar la vida laboral y aprovechar las ventajas de una mayor generalizar el teletrabajo, siempre que se puedan mitigar los riesgos en materia de SST.

El teletrabajo forma parte del mundo laboral desde hace varias décadas, pero las medidas de salud pública implementadas desde marzo de 2020 como respuesta a la pandemia de COVID-19 han provocado un enorme aumento del trabajo desde casa. Esto ha tenido importantes implicaciones para la organización del trabajo, la calidad del empleo, el equilibrio entre la vida personal y laboral y la salud y seguridad en el trabajo (SST) de una gran proporción de la fuerza laboral de la UE, en particular porque las organizaciones tuvieron que actuar casi de la noche a la mañana, a una escala sin precedentes, y en un entorno psicosocial desafiante.

En este contexto, los riesgos físicos del teletrabajo se han visto exacerbados por la dificultad de realizar evaluaciones de riesgos para quienes trabajan en casa, instalar puestos de trabajo adecuados en casa e inspeccionarlos. Esto aumenta potencialmente los riesgos en términos de resbalones, tropezones y caídas, pero también en el caso de trastornos musculoesqueléticos (TME), lesiones por esfuerzos repetitivos (LER) y fatiga visual. De manera similar, los riesgos psicosociales se intensificaron debido a la falta de contacto con colegas, familiares y amigos, la intensificación del trabajo y la confusión de los límites entre el trabajo y la vida privada, al no estar disponibles las actividades sociales normales. También ha habido riesgos relacionados con una mayor carga de cuidados informales como resultado de la educación en el hogar.

Esta confusión de los límites entre la vida laboral y la vida privada significó que el derecho a desconectarse durante las horas no laborales y los días festivos, aunque no fuera nuevo, se convirtiera en un foco de atención durante la pandemia. A falta de un marco de la UE que regule este ámbito, el Parlamento Europeo aprobó una Resolución el 21 de enero de 2021, equiparando el derecho a desconectarse con “un derecho fundamental que es parte inseparable de los nuevos patrones de trabajo en la nueva era digital”. Este derecho suele ser negociado por los interlocutores sociales a nivel sectorial o empresarial, y nuestra investigación presenta una serie de ejemplos de acuerdos que destacan el papel crucial de los interlocutores sociales a la hora de reconocer y ayudar a mitigar los riesgos del teletrabajo en materia de SST. Los interlocutores sociales pueden contribuir positivamente de esta manera, ya que comprenden los requisitos y necesidades tanto de los empleadores como de los teletrabajadores.

Junto con el papel de los interlocutores sociales, el artículo subraya la importancia de construir una cultura organizacional de confianza y diálogo involucrando y capacitando a la gerencia, reduciendo el estigma en torno a los problemas de salud mental y brindando apoyo confidencial. Esto puede ayudar a crear una visión a mediano y largo plazo que se refleje en estructuras y sistemas que prevengan la mala salud, garanticen la calidad del empleo y aumenten la productividad.

¿Y cuál es tu experiencia con el teletrabajo?

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